KEIKO KOMA net

25 Nov. 2010

 

Noche meteórica

Al pie de montañas en la región del Cáucaso en Azerbaiján, creé un poema titulado ‘aroma de mi persona más encarecida’, rodeada por el lucizaje que me parecía muy familiar mientras pasaba por una vía nocturna bajo un cielo meteórico. Esto me hizo repensar el significado de mi vida. Recordé oír en mi mente una canción sobre meteoros cuando visitara el distrito de Tohoku de Japón por primera vez mientras el viaje de la academia de bachillerato conmemoraba su año final. Vivamente recuerdo la belleza de luz sideral intermitente que me hizo añorar un mundo muy allá del cielo nocturno amplio. Recordé también imaginar mi misión celestial cuando me hubiera acostado sobre Madre Tierra en Etiopía y mirara en alto un cielo nocturno similar lleno de luz descendiente de estrellas. Y hoy mientras conducía por la tierra del norte a Aomori pude ver meteoros y la atmósfera y un sentido especial de un solar de tierra que sintiera en mi adolescencia en Tohoku fue reanudado. El sentimiento interno de mi vida manifestó que mis deseos más profundos encarecidos desde la niñez serían verdaderamente realizados y ahora yo sustancialmente emprendería pasos grandes por la paz global. El mundo verdaderamente pacífico permitirá a cada cual manifestar la naturaleza propia y brillar brillantemente. Quedé muy impresionada ante la vista de la tierra bella del norte y sentí agradecimiento al poder recuperar la sensibilidad preciosa para vivir en armonía con la naturaleza.