KEIKO KOMA net

26 Oct. 2010

 

En Azerbaiján

Acontecieron incidentes que me hicieron reconocer el significado del mensaje entregado por el Sr. Idaki Shin que un presente especial fuera dado a cada cual que fuera una historia nueva en la mano de cada persona. Simultáneamente mis andamiajes acerca de divinidades fueron completamente clausurados y mis criterios para distinguir el mal del bien desaparecieron. Lo que pensé ser malo y bueno carecía en realidad de importancia y de cualquier trasfondo sólido y esto solía afectar negativamente mi comportamiento cuando intencionalmente oprimía un sentimiento insurgente propio que juzgase malo. Cualesquiera tentativas intencionales me descarrilaban. Debería permanecer sincera ante la verdad desde el fondo de mi corazón a cualquier hora. Nuestro concierto podía hacer a cualquiera reconocer esto debidamente y mostrar una dirección para irrumpir a través de cualesquiera limitaciones. El Sr. Idaki Shin dijo que el idioma humano tenía su límite así que él llegó a desarrollar una improvisación pianística única como medio para expresarlo todo. Este mensaje siempre vivió en mi corazón. En Azerbaiján imaginé muchos andamiajes artificiales y me excitó ver cómo habían comenzado a resolverse en nada. Cada cual estaba llena de experiencia maravillosa y un mundo completamente desconocido estaba plenamente abierto ante nosotros. Sentí agradecimiento desde el poso de mi corazón ya que pavimentábamos un camino hacia un futuro glorioso.