KEIKO KOMA net

14 Oct. 2010

 

El uno de octubre

Hace un año alquilé un apartamento en Kyoto como segunda morada y anticipé un futuro maravilloso. Alegremente me mudé a Kyoto. Luego abrí un local nuevo en Yasaka y cada vez que me encaraba a una dificultad era animada por la memoria bella del día que instalé una morada nueva en Kyoto. Así sobrevine el proceso difícil de promover el concierto de Idaki Shin celebrado el invierno pasado en Kyoto. A menudo me daban ganas de huir de allí. Sin embargo, como allí estaba mi linda casa no había manera de escapar, y aguanté cualquier situación negativa hasta que logré dirigir, y el concierto terminó un gran éxito. Ahora he abierto otro local en Kyoto y estoy dispuesta a ejercer nuestros poderes máximos para influir sobre nuestras actividades en Kyoto para abrir un mundo nuevo humano en todo el mundo. El último día de septiembre celebré una reunión de salón fiel a un mensaje recibido un año ha cuando compré cojines tradicionales. Otra imagen que imaginara fue de dulces especiales para la reunión, y por coincidencia la Srta. Ai los había hecho a tiempo, lo cual me hizo recordar el mensaje.
Como llegué a Yasaka tarde de noche el Sr. Idaki Shin comenzó a hacer alubias especiales para pastel de arroz. Mientras probaba un pedazo fui llenada de alegría y reconocí que fuera un sabor a Koma. Antes de abandonar Yasaka para ir a casa el Sr. Idaki Shin me preparó un paquete con pastel de arroz diciendo que tuviera bastante para la reunión de salón del día siguiente, así que yo pudiese llevarme uno. Y lo acogí. Gracias a sus pasteles de arroz especiales la reunión de salón fue llenada de la atmósfera de Koguryo antiguo. Serví café solita que no supo a café, sino a algo proveniente de la tierra de Koguryo. Me sentí como si estuviera encima del monte Gojo y celebrase la llegada del otoño. Me dije a mí misma que mi café fuera un brebaje de Koguryo antiguo y los pasteles de arroz de Idaki Shin estuviesen llenos de un aroma de otoño en el monte Gojo. Verdaderamente disfruté del sabor de tierra rica y la atmósfera templada de corazones gentiles. De repente recordé que al comienzo de octubre la gente de Koguryo antiguo celebrara el cielo. Reconocí que había celebrado mi reunión fiel a las tradiciones de Koguryo expresando nuestro agradecimiento al cielo y alegría por acoger una estación de otoño rica de manera similar tras un lapso de tiempo largo. Anticipaba ver qué vendría después.