KEIKO KOMA net

7 Oct. 2010

 

Cielo de otoño

De noche bajo el cielo alto grande en otoño yo estaba caminando entre oscuridades sopladas por vientos e imaginé en mi mente un carámbano de luna bajo el cual el rey Tomei estuviera merodeando. Terminé por pensar que había perdido el camino, y de repente imaginé la misma flor de mimulus aurantiacus que debiera estar en plena eclosión ahora en los campos de flores de Kinchakuda en el pueblo de Koma donde había visitado muchos años ha para ver el mimulus aurantiacus lleno de luz brillando roja que había tapado todo. Era realmente bella, sin embargo su sentimiento algo triste me hizo recordar la vida del rey Tomei y me brotaron lágrimas. También era tarde por la tarde y nunca he olvidado la visión luminosa de este campo de flor roja. Llegué a aprender por un libro que el rey Tomei feneciera en septiembre y esto explicaba la razón de un toque de tristeza asociado con esta visión bella en mi mente. Hoy vientos de otoño me hicieron recordar la visión y me puse confiada en renovar mi vida ya que la estación nueva había llegado. También recordé que después de morir mi madre la estación otoñal sin ella fuera muy diferente de la que hubiera pasado con mi madre. Quedé muy sorprendida al reconocer que la vida de una persona sola pudiese cambiar completamente el atmósfera circundante y el espacio, sin mencionar las reclamaciones más profundas por haber perdido al rey Tomei que hubieran debido ensombrecer el monte Gojo. Ahora que vivíamos en una estación nueva podríamos ponernos de pie solas.