KEIKO KOMA net

5 Sep. 2010

 

23 de agosto


Según recuerdo, conocí al Sr. Idaki Shin por primera vez el 23 de agosto hace treinta años. Llovía a cántaros. Una amiga me acompañó y condujo un coche hasta su lugar. Trasladándome desde el coche hasta la puerta quedé empapada hasta la piel, y tuve que secar mi ropa completamente antes de encontrármelo. Él apareció en atuendo blanco que coincidía en color con mi falda blanca. He perdido la falda pero aun conservo el yérsey que me había puesto ese día. Reconocí que un encuentro cambiaría la dirección vital propia. Acertar en una decisión en un momento era crucial para abrir mi futuro. Si no hubiese conocido al Sr. Idaki Shin ese día habría muerto mucho ha. En el concierto de Idaki Shin celebrado el otro día una persona vino a hablarme y dijo lo mismo: ella nunca habría podido seguir viviendo sin asistir a sus cursos de asesoramiento. Un cambio drástico efectuado en la vida de una persona seguramente influía sobre otras vidas. La vida de cada persona era extremadamente preciosa. El Sr. Idaki Shin entregó su mensaje en su concierto que quisiera informar a cada cual que estábamos viviendo en una era muy especial de la historia que permitía a cualquier vida cambiar de repente de forma maravillosa. Vivir era gozar. No pude expresarle mi agradecimiento sincero en palabras. Su concierto conmemoró otro comienzo afortunado en mi vida.