KEIKO KOMA net

17 Aug. 2010

 

Un día veraniego

 

En agosto, en un día caluroso como el de hoy, naturalmente recordé la atmósfera de mi segunda visita a Kanjin, Ryonei, China. Eso fue cuando había perdido a mi madre menos de una semana antes de mi despedida y merodeé por la población de Kanjin buscando su imagen ya que deseaba encontrármela por casualidad. Mientras observaba a una mujer vigorosa con cara sonriente, hirviendo dulces y vendiéndolos con frutas en una calle, etc., soñé de ver pronto a mi madre, y sentí felicidad durante un rato. También me hicieron vigorosa y me ayudaron mucho. Mientras que no se nos permitía escalar el Monte Gojo por aquél entonces, devine muy deprimida y el Sr. Idaki Shin me propuso crear una canción especial que expresara mi corazón. Luego cancelamos el resto de nuestro itinerario y dejamos Kanjin inmediatamente para regresar a Japón. El título de la música fue ‘canción de un ángel celeste en su tristeza’ y mientras yo la escuchaba reconocí que la belleza fuese eterna. Recordé que cuando me parase sobre la tierra del rey Tomei recibiera un mensaje de Madre Tierra que la vida de una mujer fuese siempre triste, ya que estuviera destinada a sacrificar todo para que su criatura siguiese viva bajo cualesquiera circunstancias. Ahora su corazón sería completamente nutrido, ya que una era verdaderamente pacífica humana fuese estando realizada. Cuando dejara la tierra de Koguryo en esa época me juré revisar completamente mi vida, y ahora estaba viviendo una vida nueva, lista a placar cualesquiera problemas en el mundo.