KEIKO KOMA net

14 Aug. 2010

 

Fuego siempre encendido

 

Visité un lugar sagrado donde se mantuvo un fuego encendido sin apagarlo desde el siglo doce. En un templo Zoroastriano hubo otro fuego eterno. Era un día muy caluroso y el fuego me calentó terriblemente mientras me acercaba a él. Cada vez que cerraba los ojos delante de un fuego imaginaba que el corazón de cada cuerpo fuese tibiamente unificado todo junto. Los fuegos siempre encendidos parecían decirme que el amor fuese el corazón de los seres humanos y que el fuego del amor nunca debería ser extinguido. Después fui a una orilla del mar Caspio y olas de agua sonaban a eco de almas de gente deseosa de vivir una vida eterna en la era venidera de eternidad; el mundo tres etapas antes de la Gran Explosión. La tristeza y los dolores del pasado serían nutridos y a los seres humanos se les permitiría vivir una vida nueva en paz y amor. La repetición de una historia triste llegaría a un fin y abriríamos una era nueva de amor.