KEIKO KOMA net

30 June 2010

 

En Munich

 

Abordo, frecuentemente por alguna razón, un lucizaje de la torre de Yasaka vista desde nuestro Café de galería de Koma me vino en mente. Además, repetidamente recordé con mi corazón que seguía muy excitado lo que dijera el Sr. Idaki Shin en una conferencia de los cursos de asesoramiento aplicado celebrado en Tokio, que sus Kaiun Zenzai manufacturados atraerían a cada cual sobre tierra una vez conocido su efecto positivo sobre la vida propia. Siempre estaba pensando en realizar un mundo que permitiese a cada pueblo vivir una vida vigorosa brillando brillantemente manifestando su naturaleza verdadera. Cuando el interior propio era rico y grácil, la vida propia era unificada con el ser total. Prácticamente hablando en mis actividades he experimentado muchas veces que cada cual podía descubrir y cumplir sola la tarea propia a tiempo trabajando en todo junto de manera simultánea y lograr algo grande sin celebrarse una reunión preparatoria para instruir a cada persona qué hacer. Cuando una estaba ocupada y distraída sólo por las cosas que quedaban a mano por hacer, el interior propio solía carecer de riqueza. Nuestro concierto estaba destinado a proveer a la gente con la oportunidad de enriquecer su interior como medio para encontrar una solución drástica a cualquier circunstancia negativa y abrir su futuro. Sorprendentemente, con sólo asistir al concierto o la conferencia del Sr. Idaki Shin, el interior de la gente conseguía un avance importante y una podía ser extremamente vigorosa de modo que una pudiese vencer cualesquiera dificultades en la vida propia. Imaginé que gente por todo el mundo viniese a Kyoto tomando como meta la torre de Yasaka para encontrar nuestras actividades y estaba resuelta a hacer todo lo posible para crear muchas oportunidades para realizar esta visión para el futuro de la humanidad. Cuando cada cual elaborase seriamente la creación de una era humana buena, seríamos capaces de hacer cualquier cosa, haciendo acontecer en realidad cosas aparentemente imposibles. La llave para esto era vivir una vida espiritualmente rica fiel a la naturaleza del interior propio.