13 Feb. 2010
Toukasui
En algún momento después de ayer noche me he musitado repetidamente, Toukasui, flor de ciruelo con agua. Cuando, en diciembre, visité Jiian, una capital antigua de Koguryo, hacía veinte grados bajo cero. Sin embargo, estaba tan excitada con alegría que sentí brisas primaverales soplando debajo del clima severísimo. Un riachuelo de agua visto por debajo de un río congelado purificó mi corazón. Entonces oí que en la tierra de Koguryo, la gente solía llamar Toukasui el sonido de hielo deshelándose y un riachuelo de agua. Era efectivamente una palabra romántica que expresaba un aroma bello. Recordé que desde la niñez yo había amado encontrar una flor de ciruelo bajo un cielo severo de invierno ya que parecía una antorcha en la oscuridad y aparentaba hablarme de la llegada de la primavera. En realidad una flor de ciruelo fue llamada flor especial que avisaba a la gente de la llegada de la primavera y les animaba para aguantar el invierno severo durante un rato. Para cuando hubiese flor de ciruelo, su luz rosácea se difundiría por todo el cielo grande. Era una luz de esperanza y mientras yo escudriñaba el cielo bajo un ciruelo era rodeada de un mundo color de ciruela. Mi vida se regocijó mucho ante esta vista maravillosa. El año pasado me pregunté porqué amaba una ciruela más que cualquier otra cosa. Mientras en Japón la gente suele hablar mucho de flores de cerezo, yo me hallaba sola. No podía disfrutar de ellas como la otra gente. Cuando visité la tierra de Koguryo en China pregunté a nuestro guía si había flores de cerezo y me respondió que allí la gente ha estado celebrando las flores de ciruelo como símbolo de la estación primaveral. Luego reconocí la razón por la cual encareciera las flores de ciruelo. Cuando el hielo de un río comenzaba a deshelarse, podía oír pasos de primavera: ciruela, flor y agua, ‘Toukasui’. Desde ayer deseé oír este sonido y escuché un mensaje desde mi interior. Estaba lleno de vigor y un aroma fresco de agua pura de manantial. Capullos de vida nueva estaban creciendo.
