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27 Jan 2010

Buena suerte

 

El año pasado en la época de flor de ciruelo fui al santuario de Yasaka en Kyoto y degusté Zenzai, una taza japonesa tradicional de alubias dulces, que supuestamente purificaba a la gente. Me dieron ganas de hacer mi propia versión de Zenzai que invitaría buena suerte. Un año ha pasado y estos días he decidido producirlo y pensé sobre el significado de la buena suerte. La taza manufacturada por el Sr. Idaki Shin cambió el sabor del agua y el café. Cada cual testificó que devenía lene. Para mí sabía suave y redondo haciendo todo gentil y sano. Así que soslayé la petición de que él hiciera tazas especiales para Zenzai y también una vasija grande de cerámica para hervir alubias. Cuando el cerebro de alguien se apaciguase, alguien llegaría a reconocer poderes desde seres grandes y los invitaría a su vida. Esto seguramente haría un Zenzai de buena suerte. Además, creé un objeto de arte que vi en mi sueño nocturno ayer. Dibujé mi dibujo de mentizaje sobre la superficie de una mesa de exposición de acrílico que pudiera contener mis libros, Ser con toda mi alma volumen 1 y 2, y un CD por el Sr. Idaki Shin. Hizo llenarse el espacio circundante con aire fresco y aroma. Lo llamé un conjunto de buena suerte ya que los deseos más profundos de una persona hicieron eco con un ser divino: la idea de la buena suerte misma.