16 Julio 2025
Hoy, el concierto de piano del Maestro Idaki Shin se llevó a cabo en Komae. Había sentido que algo nuevo estaba a punto de comenzar, y mi corazón se estremecía con la emoción de que algo cambiara hoy. Si bien fue un mensaje inesperado, expresó la forma antinatural de la vida y de ser humana, tal como soy, y se convirtió en una oportunidad preciosa para cuestionar y reflexionar profundamente sobre lo que significa ser humana y cómo debemos vivir. Al principio, me sentí como si estuviera atrapada en una cúpula oscura. Inmediatamente reconocí que reflejaba mi estado. En el concierto del Maestro Idaki Shin, mi forma de vida aparece tal como es, así que entendí que era mi propia mente la que me estaba atando. El sentimiento de frustración y sufrimiento cuando las cosas no salen como quiero o no coinciden con mis expectativas era exactamente la sensación de estar atrapada. En el momento en que sentí que seguramente no quería vivir en un mundo así, recordé que uno de los títulos del mensaje era "La otra existencia". Al instante, me elevé a otra dimensión, me conecté con el más allá y me encontré con el Gran Ser. Sentí que podía vivir aquí, y la energía vital brotó de mi interior. Me conmovió desde lo más profundo de mi corazón, y se convirtió en una oportunidad irremplazable físicamente para experimentar lo que realmente significa vivir como es una humana. En la segunda parte, tuve la sensación de vivir en una gran naturaleza. Era una naturaleza que nunca había conocido. Me preguntaba si vivía en esa naturaleza, cómo sería mi personalidad, qué sentiría y qué pensaría. Imaginé que no sería la misma que soy ahora. Hace mucho que sé que cuando nos ajustamos para encajar en una sociedad artificial, nos distorsionamos y perdemos nuestro verdadero yo. Hoy, la vida misma me enseñó que no soy un ser tan pequeño. De ahora en adelante, deseo fervientemente vivir como si estuviera en una gran naturaleza. Hoy, al experimentar la vida en armonía con la naturaleza, vi la luz de la esperanza de que puedo seguir viviendo. Todavía vivimos en un mundo en el que los conflictos continúan y se pierden vidas preciosas. Hoy experimenté que si cada una de nosotras vive en armonía con la naturaleza y junta con el Gran Ser, el mundo cambiará. Me siento muy agradecida por esta experiencia. Siempre espero y rezo sinceramente para que la situación actual, en la que se sacrifican vidas humanas, cambie lo antes posible. Con el deseo de ayudar a llevar a cabo esta transformación, vivo cada día para avanzar. Me siento profundamente agradecida de haber podido dar un gran paso adelante hoy. Con la esperanza de seguir yendo más allá, seguiré viviendo cada día para crear un mundo pacífico. Gracias.