KEIKO KOMA net

27 Marzo 2024

Caminando por un parque local, me encuentro con el cielo que vi en mi infancia, el viento que soplaba y la luz que brillaba. A medida que trasciendo el tiempo y el espacio, el pasado está en el presente, que también es el futuro. Cuando era joven, mientras pasaba tiempo con mi madre una noche, miré hacia el vasto cielo y me pregunté a dónde iban las personas que solían mirar este cielo en los viejos tiempos después de morir. Fue entonces cuando empecé a pensar en la vida. No podía aceptar el hecho de que las seres humanas vinieran y vivieran en este mundo y finalmente murieran. Sin entender por qué nacemos, cómo vivimos y qué sucede después de la muerte, no pude vivir ni un solo día, así que comencé a pensar en vivir. Y seguí buscando la respuesta a lo largo de mi vida. Por más que busqué, no pude encontrar la respuesta. Pero cuando solo me quedaban dos meses de vida, me encontré con el Maestro Idaki Shin, y a través de la experiencia de ser liberada de mi destino y encontrar mi verdadero yo, comencé a vivir de acuerdo con mis demandas más íntimas. Una vida libre del destino, viviendo mi auténtico yo, se convirtió en una vida en la que pude entender y darme cuenta del significado de nacer. Tus demandas más íntimas son el funcionamiento de tu vida. Encontré la respuesta a cómo debía vivir como ser humana cuando vivía siguiendo las leyes de la vida. Ahora, profundizo mi comprensión todos los días de que una ser humana vive para el amor, conectada con toda la vida. Sintiendo el viento de mi infancia, me lleno de gratitud por vivir así ahora. También fue a la edad de tres años que comencé a orar para que las personas de todo el mundo vivieran en paz y felices y para que el mundo se volviera pacífico. Mi verdadera vida acaba de empezar. Muchas gracias.