18 Octubre 2023
Al regresar del monte Hiei a Tokio hoy, una vez más me detuve en la orilla del lago Biwa. Nunca había visto una superficie tan clara del lago y me sorprendió la luz de la superficie, completamente diferente de la habitual. Al instante sentí que estaba escuchando el concierto de ayer, rebosé de alegría y gratitud de que la vida de los humanos es una con la vida de la naturaleza. El lago era infinitamente claro y hermoso. Por lo general, de pie en la orilla del lago, escucho la voz de las almas por el sonido de las olas rompiendo en la orilla, pero hoy, estaba tranquila sin sonido de olas. Limpiando la profundidad de mí misma en mi interior, sentí una vasta interioridad unificada con el lecho del lago y mucho más allá del universo. Sabía con mi cuerpo por la experiencia que cuando las humanas viven bellamente, la vida de la naturaleza se unifica con nosotras. La orilla del lago Biwa es un lugar en el que siempre quiero estar. Lo deseo cada vez que vengo. Me imagino lo divertido que sería pasar un día entero tumbada en la hierba junto al lago. El color y la expresión del lago cambian con el tiempo, al igual que el viento. Sentí que habría muchos momentos de felicidad a lo largo del día. En el camino de regreso a Tokio, vi un hermoso cielo al atardecer. Me gusta el paisaje que se ve desde el área de servicio por la que solemos pasar. Al ver un dragón hoy, tuve la sensación de que ocurriría un milagro, lo que hizo que mi corazón brillara. Al vivir cada día para darme cuenta del significado de nacer, sentí que ocurriría un milagro, y ahora estoy decidida a seguir expresando cosas cada día. Muchas gracias.