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13 Mar 2009

Árboles

Caminé nuevamente por la arcada de Tenmonkan en Kagoshima después de veinticuatro años de ausencia. No podía reconocer nada pues todo parecía haber cambiado. Ni mi tienda predilecta de pasteles ni un restaurante se dejaban ver. La calle estaba completamente renovada como calle comercial y no quedaba traza de nuestra visita cuando el Sr. Idaki Shin y yo caminábamos por la calle aspirando a cambiar el mundo desde Kagoshima mediante la escenificación de muchos conciertos, un espíritu que siempre ha sido visible en nuestros corazones. Sentí la necesidad de crear algo nuevo. En la reunión ejecutiva hodierna para el concierto de Idaki Shin en la sala de conciertos de Miyama  en Kagoshima, más de veinte personas participaron voluntariamente y sentí la presencia de los corazones de muchos empleados adicionales quienes han estado promoviendo nuestro concierto. Hace veinticuatro años yo caminaba por las calles de Kagoshima solita. Así que me regodeé por tener ahora muchos aficionados y las palabras del Sr. Idaki Shin para cambiar el mundo desde Kagoshima fueron renovadas. En las caldas de mi hotel, un árbol me ha llamado la atención por alguna razón, ya que su fragancia y olor a barro me parecían algo familiar y hoy de repente reconocí que venían de árboles en Etiopía. Recordé también mi última visita a la isla de Yakushima que tenía fama de árboles viejos de la era del Jomon.  Recordé que árboles por todo el mundo podían comunicarse entre ellos de modo que deberían estar hablando de actividades de Idaki mientras yo pudiera comprender sus mensajes y disfrutar de hablar con árboles y flores desde la niñez. Un médico a quien conocí hoy también mencionó la naturaleza especial de los árboles y dijo que estaban conectados con cada criatura viva y automáticamente ofrecían sus vidas para salvar otras criaturas necesitadas de ayuda. Dije que el Sr. Idaki Shin tenía una constitución similar a la de un árbol y él comprendió muy bien mi historia.