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2 Feb 2009

La última libertad: seguir transformando

En el concierto de Idaki Shin celebrado en Suginami fui enormemente excitada al sentir la apertura del mundo verdaderamente nuevo que ha estado deseando cada ser humano. En la parte primera imaginé el dios guardián de Buda, cuya presencia había estado sintiendo cerca de mí. Fue acompañado por dos ángeles infantiles en una luz azul de llama que representaba verdadera sabiduría y persistencia con la verdad. Todo manifestaba su verdadero estado ontológico, y cosas malas perecería automáticamente. En la era de verdad, nada efectuaba juicios. Su luz azul fue asimilada con el mundo eterno para realizar el mundo divino más bello. En la segunda parte del concierto, todos los seres divinos fueron expresados y estuvieron presentes. Fui transportada al universo por el magnífico sonido del piano tocado por el Sr. Idaki Shin. La era nueva estaba llena de libertad y belleza. Cuando una estaba conectada con el mundo tres etapas antes de la gran explosión, nada podía tocarla a una. Reconocí que el concierto de hoy fue la primera vez que el Sr. Idaki Shin podía expresar su pura luz vital. Sentí que su existencia ha sido encubierta desde el principio hasta esta noche. Él podía ser cualquiera y cualquier ser divino, es decir la última libertad que el budismo llamaría el mundo de Maitreya. Mientras yo me había declarado ser cósmico su naturaleza estaba mucho más allá del universo.