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20 Jan 2009

Gran ser

La experiencia de nuestros cuatro conciertos en Líbano me hizo creer que podía contribuir mejor al manejo de la difícil situación mundial manifestando una nueva vida humana en el mundo tres etapas antes de la gran explosión. El concierto Leyendas de Koguryo Redescubiertas celebrado el 11 de enero conmemoró el mismo día de su primer concierto y me enfoqué en su expresión. En los bises el Sr. Idaki Shin tocó el shamisen, un instrumento tradicional japonés de tres cuerdas. Solía sentir que el sonido del shamisen era bastante difícil para acoplar con mi narrativa, así que cuando él lo cogió yo tenía miedo. Para mi gran sorpresa, una vez que comenzó a tocarlo, su sonido me hizo realizar el universo en mi interior, que comenzó a circular y me unió al espacio eterno mucho más allá del universo. Apenas pude tenerme de pie pues su impacto era enorme. Después, fui grandemente satisfecha por el sonido ameno de dos laúdes árabes y una guitarra tocados por el Sr. Idaki Shin en su concierto titulado En Busca del Origen de la Espiritualidad Humana que siguió a mi actuación. Hubo una proyección especial de vídeo filmado y editado por él. Reconocí que todas las almas y los corazones de gente que había encontrado en lugares históricos mostrados en el vídeo estaban juntos conmigo, unificados en mi interior y ejercían su poder para abrir el futuro de la humanidad. Recordé cómo había disfrutado caminando por esas ruinas y fui tocada por las mismas brisas amenas y sonidos de una población en la antigüedad. Podía aprender algo esencial para los seres humanos. El sonido del Sr. Idaki Shin parecía resucitar gloriosa luz y vientos en el pasado y traer todo hacia el mundo de la vida eterna. Fui profundamente tocada pero imaginé la nada de mi interior. Fue la primera vez en mi vida. Fui verdaderamente liberada y sin conciencia derramé lágrimas. Su sonido parecía infinito y reconocí que había renovado mi vida. El Sr. Idaki Shin me dijo después del concierto que cuando una era conmovida verdaderamente no quedaba nada dentro del corazón propio. Esta experiencia abrió además mi deseo más profundo que había sido abrazada pero no destapada ante el público. Esto concernía a Corea del Norte. Mis ancestros la dejaron y arribaron en la costa de Japón. Mi sensación de profunda reclamación y separación derivada de la historia del exilio tras la destrucción de Koguryo. Al final del concierto de fin de año celebrado el mes pasado en Aomori, narré espontáneamente un poema sobre este tema. Como el mundo tres etapas antes de la gran explosión era manifiesto todo devendría posible. La era de verdad efectivamente ha llegado. Realicé el gran ser que había estado ejercitando su poder infinito sobre el Sr. Idaki Shin para crear un mundo verdaderamente nuevo. Todo se encaminaba hacia un futuro glorioso y el tiempo de gran transformación ha llegado realmente.