KEIKO KOMA net

13 Dec 2008

La cosa más necesaria

Quería comprender mejor el significado de nuestros conciertos en Líbano esta vez y también sentía la necesidad de compartir mi experiencia con mucha gente, así que al llegar al aeropuerto internacional de Kansas decidí celebrar reuniones de proyección en el café Akira durante cuatro noches sucesivas y entregué un correo electrónico a miembros voluntarios de NPO Koma. Inmediatamente todas sesenta plazas fueron agotadas. Durante mi ausencia, el interior de mi casa había sido renovado, y desatiné durante un tiempo en encontrar mis cosas. Por error me golpeé la cabeza y me herí el pie dejándole caer algo encima. Aunque llegué a salvo del sur de Líbano dañado por la guerra, me herí en casa. Todavía tenía dolor de cabeza cuando dejé la casa camino al primer encuentro. El Sr. Idaki Shin también estaba presente y efectivamente fue una velada especial. El vídeo del concierto de Biel in Beirut me enseñó que al contrario de mi estado de conocimiento en el día de ese concierto, habíamos expresado algo grande con la ayuda de un ser divino. El sonido del piano tocado por el Sr. Idaki Shin era puro y agradable. Parecía purificar nuestras vidas desde adentro y designaba un mundo nuevo como hogar de nuestra alma y meollo de la vida. Cuando el vídeo llegó a la escena en la que leo un poema titulado Tan-gun, el legendario héroe de Koguryo, vi que su alma se renovaba mientras mi vida parecía renacer también. Además, comencé a comprender el orden de la importancia. A menudo lo equivocaba, especialmente cuando encontraba incidentes tristes. No podía calmar mi emoción y dejaba de concluir una decisión objetiva. Por ejemplo fui profundamente motivada a desescombrar bombas múltiples sin estallar que terminan reventando a niños que juegan en los campos desde que oí que un día antes de nuestra primera visita a Tiro un niño había muerto por una de ellas. Estudié la cantidad de dinero necesaria para desescombrar todas ellas y quise pedir a mis compañeros montar un equipo de proyecto. Esta vez vi a muchos niños en un parque de Bint Jibeil y mi intención fue reforzada. Pero en la reunión de esta noche el Sr. Idaki Shin nos dijo cómo podíamos conseguir una solución fundamental, y reconocí la prioridad de mis misiones. Llegué a ser más vigorosa y mi dolor de cabeza cesó. Tuve que activar plenamente mi cerebro para reconocer la situación y descubrir una solución desde debajo del tema mayor de mi misión.